domingo, 21 de agosto de 2011

III

1. Ser feliz cuando todo está bien: esto no es ser feliz. Lo mismo que reír sólo cuando hay motivo no me convierte en risueño. O agradecer cuando me dan algo no me hace uno agradecido. O no odiar cuando recibo un bien no me hace una persona de buen corazón. 

2. Pero antes, una condición: quiero ser feliz, risueño, agradecido y de buen corazón. Y entiendo "ser" casi como un antónimo de "parecer". Ser invisible aparece como algo necesario. Me alejo peligrosamente de la utilidad, de la satisfacción y de la recompensa. ¿Qué me mueve? Quizá una simple reacción contradictoria: una negación a lo que he entendido hasta ahora, a lo que he sido hasta ahora.

3. Cuando todo está bien, cuando tengo motivos para reír (o sonreír, en su expresión más genuina), cuando recibo cosas o bienes ("cosas" materiales y "bienes" espirituales)... Todo eso es como un chicle. Y los breves instantes en que la dulzura plástica me hace sentir que no tengo hambre, es lo que comúnmente llamo felicidad, risa, agradecimiento y bondad del corazón. 

4. Cotidianamente digo "todo está bien". O sea, los hechos de la vida están alineados con mis deseos. Yo quería "x" y hoy desde los cielos llovieron muchas "x". No me gusta que me golpeen en la calle y hoy nadie me golpeó en la calle. Wow. Creo que lo que hago merece aplausos, y hoy mi trabajo fue aplaudido. Awesome. Me esforcé en conseguir mis metas, y vivo en un mundo que aplaude las pelotudeces que hago. ¿Es eso ser feliz? ¿En qué momento me gané "mi felicidad"? Me gusta estar vivo, y estoy vivo, así que soy feliz... ¡Qué mierda! ¿Entonces cuando muera seré un desgraciado? ¿Qué mérito hay en la concordancia entre lo que soy y la arbitraria y absurda costumbre del mundo de recompensarme por ello? ¡Cero relevancia tiene mi deseo! Ser feliz simplemente porque calzo en todo esto... ¡eso no puede ser felicidad! ¿Desde cuándo lo que yo (egoístamente) deseo o anhelo se convierte en juez de la bondad o maldad de las cosas y las personas? "Todo está bien", ¡já! ¿Y quién soy yo? No eres nadie, Manule, no eres nadie. 

5. Sonrío ante la vida. La vida se siente bien... Me alegro, estoy satisfecho, tengo lo que merezco, todo marcha según lo planificado, tengo suerte, ¡he forjado mi suerte...! Sonrío, muestro mi alegría, he hallado en mí un tesoro, ¡estoy vivo! ¡Sonrío, e incluso río, porque tengo un motivo para hacerlo! ¡He encontrado la fuente de la felicidad, la razón de ser, "todo calza"! Stop. Pausa. ¿De qué motivo estamos hablando? Imagen mental (ejercicio de meditación): yo, solo, frente a la vida, sin motivo alguno... ¿puedo sonreír? Reír en circunstancias en que todos reirían es como un chicle: no quita el hambre.

6. Gracias a la vida, que me ha dado... ¡Apláudanme, soy un agradecido! Sé reconocer cuando me dan lo que merezco e incluso lo que no merezco. Siempre agradeceré, siempre... mientras sea algo lo que reciba. ¡Pero no pongan la nada ante mis ojos! Ninguna palabra de gratitud saldrá de mis labios. ¡Y mucho menos esperen que agradezca al que me escupa la cara! No valés nada, Manule... andá y echate en un rincón.

7. ¡Qué buen corazón, hombre! Alguien que no odia a nadie... 

8. Creo que se entiende la idea. 

sábado, 20 de agosto de 2011

1


Tengo que darte las gracias, Mirri Maz Duur, por las lecciones que me has enseñado.
 Daenerys Targaryen

lunes, 8 de agosto de 2011

I (2)

Aviso (1): los párrafos en "I" han sido enumerados. Y así se hará de aquí en adelante.


1. Lo que pretendo es mi propia "teoría acerca de todo". Aspiración modesta, por supuesto. De ahí que cuente ya con mis propias "ideas", pretenciosas como ellas solas; y es obvio, ya que si el todo (mi teoría) pretende mucho, es esperable que cada una de sus partes (ideas) también pretendan mucho, cada una en su pequeño universo conceptual y etcétera. Y así, de tanto pretender, esta palabra (pretender) se ha vuelto una de mis favoritas (junto a "fragmento" y otras). En resumen, el primer párrafo es sólo una breve descripción de tales ideas (que son del estilo de esas ideas grandes que no hay que tener, porque no funcionan y que nos llevarán al infierno por las cosas que nuestra sucia mente está pensando... y una melodía exquisita, ¿si mayor?).

2. Inmediatamente, como recurso estético y autocomplaciente, ninguneo tales ideas (incluso antes de individualizarlas). Recurso tan típico que no puedo evitarlo. Entiéndase como "sé que no tengo nada que decir, pero gracias por escucharme" o "sé que no diré nada útil, pero por favor escúchenme"...; o sea, "sí, tengo algo que decir, pero perdónenme lo que diga". En el fondo: quiero ser escuchado (o leído), pero me jode la justificada timidez...

3. Defensa del acto de dar a conocer ideas propias.

4. Idea central de quibutsianismo* (sic): ¿para qué estamos viviendo? (Idea que está tan al centro del problema como lo está la Tierra del Universo. Ya vendrá un Galileo a darnos nuestro puñete en los dientes).

5. Profesión de fe, leitmotiv**, declaración de principios. Texto a analizarse con detalle en siglos venideros (hermenéutica). 

6. Explicación (previa) de porqué todas las "recetas" que pretendo dar (atención con todo el tema de la Queja, ¡ojo!) no sirven de nada. Y es que, como siempre, no diré lo que en el fondo quiero decir (simplemente porque en el fondo hay nada ((o todo (((soy muy joven para poder hacer tales diferencias tan trascendentes)))))). 

7. Ídem.


* Tema de reflexión: ¿no suena mejor "kibbismo" (quibismo)? Se parece un poco a "cubismo"... y eso es cool, ¿cierto?
** Siempre quise usar esta expresión. Compasión.

domingo, 7 de agosto de 2011

II

Laboratorio Ciencias Vegetales
Refugio. Cualquier lugar puede llegar a ser tu refugio. Tenemos armas, pero somos jóvenes, inexpertos, y como enseñaba León a Mathilda*, necesitamos matar desde lejos, desde un refugio, desde un lugar que nos abrace. 
Ellos serán destruidos, tanto que nadie los reconocerá, los destriparemos, como corresponde a nuestras expectativas. Pero por ahora, desde lejos. Escondiéndonos, aprendiendo; ya los alcanzarán nuestros más filosos cuchillos... Pero hoy, lo que hay... ¡un refugio! 
¿De dónde a mí tanta felicidad?

* Mathilda, <3

I

1. Mi nueva vida comienza con ideas confusas y soberbias (confusas porque no están aún escritas ((y luego el ácido temor de que no sean más que dos o quizá una o, ¡aléjate de mí, fantasma del Fracaso!, ninguna)) y soberbias por lo que pretenden, es decir, significar algo... ((donde significar quiere decir ser una respuesta, ¡te amamos, Respuesta!))).

2. Las abrazo (a las ideas) y, viejo ya y (aparentemente) experto en estos detalles, abrazo a la vez a la Nada. Y en un segundo suspiro, traduzco: existan o no tales ideas (hayan sido o no exitosas mis más profundas reflexiones) ((haya aprendido o no algo a lo largo de todos estos años)), al final, no me salvarán... ¡Aleluya!

3. ¿Qué me queda sino la exquisita tarea de pensar las cosas, reflexionar, juntar palabras y, casi con solemnidad, dar mi opinión, juzgar mi vida? Un intento de significación (si es que así se dice), de ordenamiento de los hechos, de encadenamiento (o encadenación o como sea que escriba)...

4. Al final, lo de siempre. Si alguien sabe que lo diga: ¿para qué estamos viviendo? Pero para qué tanto dramatismo... (sic) Todos lo sabemos ((((((((en el fondo))))))), ¿por qué nadie quiere decirlo? ¿Por qué tanto pudor? Si alguien sabe decir para qué estamos viviendo, que lo diga por favor, así podría yo tener alguna seguridad de algo, y dejar la Incertidumbre, que jode bastante te diré... 

5. Yo no lo digo (mi porqué) sólo porque no sé decirlo, pero si sé que lo sé, y es una gran Verdad en mi interior. Pero me gustaría que otros lo dijeran (uno de los tantos que sí saben decirlo) ((y el conocimiento de que existen tales personas no viene de alguna experiencia, porque de hecho nunca he conocido a nadie que lo haya dicho y cuya respuesta me haya convencido, sino que también es una Verdad en mi interior, o traducido, un enorme Acto de Fe)).

6. Mi Incertidumbre no es no saberlo (porque lo sé, sé para qué estoy viviendo), sino que nadie lo diga, y ya que la Felicidad y todas esas cosas son convencimientos hijos de la Comparación (y de ahí la necesidad de ver continuamente Infelicidad para ser feliz yo, tema de otra quibutsiana), la idea en realidad no existe, ya que no puedo aprovecharla. En pocas palabras: mi Verdad no me sirve de nada. Soy un inútil, etc. Fracaso, ven a mí. 

7. Sé para qué vivo, pero no logro decírselo a nadie. 

(Y así con todas mis ideas más profundas.)

¡Es tan triste!